Fueron detenidos y torturados física y sicológicamente.
Mientras tanto familiares y amigos no sabían ni dónde, ni cómo estaban. La madre de Rodrigo, Mariana Huidobro, contrató un abogado que a las 2130, tras 15 horas de búsqueda, recibió un llamado del Colegio de Abogados en el que le informaron que a Rodrigo lo acusaban de intento de homicidio, y que iba a declarar al otro día en la comisaría de Sants.Durante todo este día de búsqueda nadie pensó que pudieran tener algún tipo de cargos, ya que durante todo el día sábado, ya que por distintos medios de prensa Joan Clos, el alcalde de Barcelona, salió explicando que el objeto que había herido al policía había sido una maceta que cayó del edificio donde se realizaba la fiesta.
Como sabían que los jóvenes habían sido detenidos en la calle, sin participar de la fiesta, les parecía desconcertante e incoherente la acusación de homicidio en grado de tentativa.Al otro día se escuchaba en los medios otra version que decía que cualquier objeto contundente pudo haber herido al policía. Y finalmente, la última versión en la que se decía que entre los detenidos estaba el agresor, y que la agresión había provenido de la calle.
El día 5 de Febrero los tres jóvenes hicieron su declaración: las tres coinciden. Al salir, el abogado comunicó a los familiares el estado deplorable y de evidente maltrato que habían sufrido los chicos.
El día 6 de Febrero declararon ante una jueza nueve detenidos. La jueza decretó prisión preventiva para Rodrigo, Alex y Juan, dando como argumento que su origen sudamericano les podría permitir escapar a sus países.Ese mismo a petición del abogado se les realizó un examen médico para constatar las lesiones que habían sufrido durante la detención. El informe incluye fotografías, para así poder denunciar las torturas y malos tratos que habían recibido dentro de las comisarías.
El día 8 de Febrero declararon los tres Guardias Urbanos que trabajaron esa noche, dijeron que Rodrigo había cogido y tirado una piedra a un Guardia Urbano con intención de matarle. Alex, dicen, tiró otro objeto también con intención de matarle, y Juan alentaba al grupo a cometer estos actos. Esta versión no coincide con la de los tres jóvenes como tampoco con la de testigos presenciales.Rodrigo, Alex y Juan se encuentran aún en prisión preventiva en espera de un juicio que puede tardar dos años. Las únicas pruebas en su contra han sido la palabra de tres policías que golpearon a los chicos.
No existe ninguna otra prueba en su contra, las piedras que presentan como pruebas, fueron recogidas de forma aleatoria y al azar (según la declaración del policía que las recogió); ninguna tiene huellas ni restos de tejido ni de sangre.
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